Computación en nube es un termino muy generalizado que atiende principalmente al modelo o tendencia a basar las aplicaciones y los datos en servicios alojados de forma externa, en la propia web.
El director de producción de Google afirma que:
“Si tenemos en cuenta que el 60% de la información de las empresas se encuentra en sistemas no protegidos; que 1 de cada 10 notebooks es robada 10 meses después de su compra; y que el 60% de los propietarios de pendrives dice haber perdido el dispositivo, resulta lógico que es mejor que la información se mantenga en la nube y no dentro de un equipo físico”
Cloud Computing implica que nuestros datos no están en nuestros equipos y no dependen de nuestro sistema operativo ni de nuestra máquina. El objetivo es que los usuarios puedan utilizar sus herramientas sin limitaciones desde cualquier dispositivo a través de la web.
Como vemos, nuestros datos y aplicaciones están disponibles desde cualquier lugar, están centralizados y apoyándonos en medidas de seguridad podemos disponer siempre de ellos.
Además de las ventajas que se entrevén, esto supone disponer de unos servicios de talla mundial; una tecnología simple en la que no se necesita instalar ningún tipo de hardware o software; mayor personalización de las plataformas de trabajo; sistemas aplicativos siempre actualizados (actualización permanente), etc.
En la actualidad Google (Google Apps) y Microsoft (Azure), como llevan tiempo haciendo Amazon o Salesforce, empiezan a preparar productos; sistemas operativos que desde el ordenador, los propios datacenters o la misma nube, sean seguros, eficientes, eficaces y, en definitiva, atractivos para las empresas.
Como un ejemplo, el antivirus Panda ya dispone de su aplicación independiente en nube. Lógicamente siempre podemos disponer de la última versión actualizada sin tener que tocar nada en nuestro equipo, pues éste se encuentra en la red.
Finalmente nos encontramos con el problema del software propietario siempre, también en la nube o internet; pero como comenta Tim O´Really, existen ambas posibilidades y tenemos, como siempre, nosotros y las empresas, la opción de elegir:
“El valor está en trasladar lo que ya se ha hecho con el software libre a esta nueva capa, llamada Web 2.0, que consiste en aplicaciones conducidas no sólo por software sinó también por los efectos de redes de bases de datos potenciadas por las contribuciones de los usuarios.”